Viernes, 19 de Abril 2024, 11:37h
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Ordenar y limpiar es muy difícil para un robot porque el desorden implica una imprevisión con la que a las máquinas les cuesta lidiar. «Lograr que trabajen en un entorno desconocido es un verdadero desafío», sostiene un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Y desconocido es el entorno de una casa donde las cosas se dejan en sitios distintos sin seguir patrones preestablecidos. Pero la inteligencia artificial también ha dado con una tecla para solucionar estos impedimentos.
Se trata de un sistema que se llama OK-Robot. Investigadores de la Universidad de Nueva York y Meta lo han probado con Stretch, un robot con ruedas, una barra vertical y un brazo retráctil. Y han logrado avances: el robot es capaz de sacar la ropa de la lavadora, recoger juguetes y guardarlos en cajas, aspirar las alfombras, pasar la bayeta por la encimera de la cocina y también puede ayudar a hacer la compra porque es capaz de coger alimentos de los estantes de los supermercados. Lo han probado en diez habitaciones de cinco casas.
Previamente, un investigador escaneó el entorno, lo grabó en un vídeo en 3D y lo compartió con el robot. «El sistema OK-Robot aplicó un modelo de detección de objetos de IA de código abierto en los fotogramas del vídeo», se explica en MIT Technology Review. El sistema identificó los objetos de las habitaciones (juguetes, un tubo de pasta de dientes, sillas, una baraja de cartas...). Le indicaron al robot que recogiera un objeto concreto y lo cambiara de sitio. Lo hizo bien con su brazo de pinza en el 58,5% de los casos. El éxito fue mayor (hasta el 82%) en los cuartos menos abarrotados.
Pero todavía no es perfecto. Cuando no pudo encontrar el objeto que se le ordenaba buscar, se detuvo en seco en lugar de intentar encontrar una solución. «Y solo puede recoger un objeto y soltarlo en otro lugar. No puedes pedirle que abra un cajón y ordene su contenido», explica Lerrel Pinto, codirector del proyecto. Pero hay posibilidades de mejora: con modelos de reconocimiento de voz se le podrían dar instrucciones habladas, apuntan los expertos.
Los progresos llegan poco a poco. «Los que nos dedicamos a la robótica sabemos que hogares y robots son muy difíciles de combinar. Pero la IA sigue avanzando. Los investigadores de robótica acceden ahora a modelos y herramientas de código abierto que no existían hace tres años», explica Matthias Minderer, investigador de DeepMind.
LA IA no solo cata mejor la cerveza que los humanos, sino que también es más eficaz sugiriendo cambios para mejorarla. Lo concluye un estudio publicado en Nature Communications. Durante cinco años, un equipo de investigadores analizó 250 marcas de cerveza, midiendo sus propiedades químicas y los compuestos aromáticos que determinan su sabor.
Sus análisis detallados –que incluían los sabores a lúpulo, levadura y malta– y las valoraciones de catas de 180.000 reseñas de la plataforma de bebedores de cerveza RateBeer se facilitaron a la inteligencia artificial. La IA vinculó esas puntuaciones de sabor, aspecto y aroma de las cervezas con otros datos químicos y sensoriales y los usó para predecir el sabor, el aroma y la... Leer más
La IA señaló, por ejemplo, que añadir ácido láctico podría mejorar las cervezas menos ácidas y hacerlas más frescas. Las propuestas elaboradas con IA –aseguran los expertos– gustaron más que las realizadas por humanos.
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